ESPAÑA: UNA ECONOMÍA 20 AÑOS ESTANCADA
1. Antecedentes
A pesar del título, que alguno podría pensar como muy poco optimista, la economía española no siempre estuvo paralizada. Entre 1975 y el 2005 la economía experimentó un crecimiento en términos del PIB de un 250%, pasando de tener un PIB de unos 114.777 millones de euros (en 1975) a uno de 1.123.000 millones de euros (en 2005). Muchos factores explican este crecimiento significativo de la economía española: 1. La Transición Democrática: que estableció un marco de estabilidad y confianza. 2. La Adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE): lo que permitió a España entrar en nuevos mercados y mejorar su competitividad. 3. Reformas económicas: unas reformas económicas de carácter liberal que permitieron la competencia y la atracción de capital. 4. La mejora de la educación: lo que permitió que mejorará la cualificación de la fuerza laboral, incrementando la productividad. 5. La Estabilidad Macroeconómica: estabilidad que se logró principalmente gracias a la adopción del euro. Todo parecía ir bien, pero… ¿qué es lo que sucedió para que aún tengamos el mismo PIB que en el 2009?
En el 2004 llegó a la presidencia del Gobierno de España el Sr. Rodríguez Zapatero (no discutiremos aquí todo el follón que tuvo lugar previo a las elecciones del que fue electo). Pero si hablaremos de su política económica: En su primer periodo (2004-2008) se caracterizó por el aumento del gasto público, un aumento que paso de ser del 38.6% sobre el PIB (en el gobierno de su predecesor, el Sr. Aznar) a un 66.6% sobre el PIB, todo ello para financiar el gasto en educación, sanidad y servicios sociales, pero también para llevar a cabo un plan de infraestructuras y obras públicas que, siendo sinceros en muchas de esas obras eran innecesarias, lo que propició un incrementó de la deuda pública (puesto que, gracias a Dios, España ya no era soberana de su política monetaria al haber adoptado el euro. Menos mal, porque sino este gobierno y los que vinieron nos hubieran metido en una crisis inflacionaria importante)
A pesar del incremento del gasto público aún todo iba bien, la economía seguía creciendo y nadie se imaginaba lo contrario, pero en su segundo periodo (2008-2011) el gobierno del Sr. Zapatero tuvo que hacer frente a la crisis financiera del 2008, crisis que provocó una recesión y agravo la situación en España debido a la alta deuda, produciéndose un aumento del desempleo y una caída del sector de la construcción. ¿Y cómo afronto el gobierno la crisis? De la peor manera (desde mi punto de vista) mediante planes de estímulo e inyecciones de inversión pública (en su mayoría en obras públicas) para hacer frente al desempleo y a la escasa inversión privada, provocando gran déficit público. Déficit que le obligaría en 2010 a adoptar medidas de austeridad, recortando el gasto público y congelando las pensiones.
Los gobiernos que le iban a suceder no serían mejores (gobiernos de Rajoy y Sánchez). El primer justificó su política intervencionista alegando que tenía que “arreglar” el desastre del gobierno anterior. Mientras que el Sr. Sánchez (como buen socialista) siguió los pasos del Sr. Zapatero; el del incremento del gasto, el aumento de los impuestos y el intervencionismo.
2. Lo provocado por la crisis y el intervencionismo estatal.
El virus del intervencionismo acabaría calando en la sociedad española, sobre todo, estos últimos 20 años. Intervencionismo que provocaría que en 2022 la renta per cápita en España fuese un 17% inferior a la de la UEM, siendo en 2005 tan solo de un 8%. España posee la misma renta per cápita que en 2005 (24600€), mientras que otros países como Portugal o Irlanda (aplicando políticas que me gustaría y se deberían de aplicar en España) vieron incrementadas sus rentas per cápita en un 7% y 79% respectivamente.
Se podría explicar debido a la escasa productividad, por la importancia que se les da a sectores de bajo valor añadido. Unido a una escasa inversión en I+D+i sobre el PIB: según el Banco de España 1.2 respecto del PIB, un 0.8 puntos por debajo de la UEM. Lo más preocupante del panorama económico en España (y en países actualmente como EEUU) es que las empresas que más crecen, que más se ven favorecidas por estas políticas intervencionistas son aquellas que mas cerca se encuentran del poder político (lo que yo llamo Capitalismo de amigotes o las famosas Puertas Giratorias).
Debido a la pandemia la economía española perdió un 11.3% del PIB, mientras que otros países de nuestro entorno (de media) perdió un 5.3%. Esto sucede principalmente en países cuyas economías dependían fuertemente del sector turístico y de servicios. Aunque parece que poco a poco nos fuimos recuperando, dicha recuperación no se produjo por una mejoría del tejido productivo español (mayor inversión, mejor calidad de empleo, etc.) sino más bien de los Fondos Europeos Next Generation.
Pero en el fondo todos sabemos (o por lo menos aquellos que quieren verlo) que el problema ha sido ya no solo intervencionismos que han causado más males que beneficios (como la estricta regulación del mercado de alquileres, un mercado laboral rígido, etc.) sino que también a los constantes déficits de los gobiernos. Déficits que tuvieron que ser o bien financiados mediante la emisión de deuda (deuda que acaba de llegar a los 1.625 millones de euros, el 108.2% del PIB) o mediante la subida de impuestos, llegando estos a ser abusivos e incluso exagerados.
Esto sin contar que en la economía española existen más de 12500 regulaciones, una burocracia que tan solo es una piedra más en el camino de emprendedores y empresarios (que queramos o no, son los que generan empleo y reducen la pobreza).
Cuando todo esto se une (alto endeudamiento, impuestos excesivos, déficits, regulaciones e intervencionismo) lo que se tiene es una economía rígida, poco adaptada a la globalización y muy poca atractiva para invertir (pues recordemos que España es uno de los países de Europa que posee insuficiente dotación capital). Esto ya no solo genera que, en aquellos sectores intervenidos (como el de la vivienda o el del mercado laboral) se produzca escasez y paro, sino que, además, debido a que el sector privado mantiene el circo de la política, incrementa la pobreza (situándose la tasa de riesgo en un 20.2%).
3. Conclusión y Reflexión final
La economía española estaba destinada a ser una de las más importantes, no solo de Europa, sino incluso del mundo, logrando lo que en el S.XIX y XX era un sueño. Tal era su pronóstico que se estudiaba su posible incorporación al G7 durante el gobierno del Sr. Aznar (1996-2004). Pero en tiempos de abundancia llegaron las políticas de estímulo e intervencionismo y lo que yo llamo la fiesta de los políticos.
Los políticos dejaron de interesarse por el bien e interés común (incluso careciendo del patriotismo necesario), pasando a pensar en como se podrían mantener en el poder. Para ello llegaron a la conclusión de que podían utilizar los presupuestos y el BOE para comprar la voluntad del pueblo. Se permitieron el lujo de elaborar presupuestos con déficit, endeudar a todos los españoles, subirles los impuestos, etc. todo ello disfrazándolo en la falsa bandera: “Es para sanidad y educación”. Bandera que emplean para que tú; emprendedor y trabajador, para que tú; joven y anciano, para que tú; hombre o mujer español permita este robo perpetrado por la clase política. Y en caso de negarte a aceptarlo, hacerte sentir culpable de los males que azotan a la nación.
Debemos regresar al camino de la libertad, al camino de la prosperidad, al camino en el que empresario y el trabajador cooperen juntos, sin que el Estado expolie a uno y empobrezca a otro. Un camino que volveremos a caminar cuando el pueblo se de cuenta de que el Estado: NO SOMOS NOSOTROS
“Los ciudadanos piensan que no pueden vivir sin el Estado y en gran medida lo piensan porque desconocen cómo vivir sin el Estado.”
― Juan Ramón Rallo
“El consenso entre historiadores y economistas sostiene que fue la acumulación de capital y el consiguiente aumento de la productividad de los empleados lo que permitió reducir la jornada laboral y acabar con el trabajo infantil: es decir, la mejora del nivel de vida de los proletarios no provino de la normativa laboral del Estado o de la presión sindical, sino esencialmente del crecimiento capitalista.”
― Juan Ramón Rallo
“El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero... de los demás”
— Margaret Thatcher
POR MONIR DARRAZI ANBARI